martes, 25 de agosto de 2009

Rayo impacta sobre estatua de La basílica de Nstra. Sra de Chiquinquirá.

El pasado 21 de agosto del presente año, llovió muy fuerte sobre la ciudad de Maracaibo, estado Zulia – Venezuela, acompaño de tormenta eléctrica, durante el desarrollo de la lluvia cayeron varios rayos y uno de ellos impacto en La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá; patrona del estado Zulia. El rayó que golpeó la Basílica hizo impacto exactamente en el rostro de la estatua de la Virgen ubicada en la parte superior de la edificación, causando de forma inmediata el destrozo de la cara de la Virgen, esto sucedió al culminar la misa como todos los días (pasada las 7:00 pm). Según cuenta algunas personas y medios de comunicación; ante tal sonido causado por el rayo, los feligreses salieron a ver que había ocurrido, al observar lo sucedido muchos de ellos empezaron a recoger trozos de la estatua que habían quedado por el piso.

Aunque existen mejores fotografías por razones de respeto y propiedad intelectual no las coloco aquí, aunque yo fui hasta el lugar y tome algunas fotos, les ofrezco disculpas pues no soy fotógrafo y tampoco tenía a mano una mejor cámara ya que la estatua de la Virgen está a una altura considerable. Este hecho no causó daños ni a personas ni comprometió en lo absoluto la estructura de la Basílica.



domingo, 23 de agosto de 2009

ORACIÓN PARA PEDIR BUEN HUMOR

ORACIÓN PARA PEDIR BUEN HUMOR

Señor, concédeme una buena digestión y también algo que digerir.

Concédeme la salud del cuerpo y el sentido común necesario para conservarla lo mejor posible.

Concédeme, Señor, un alma santa, que no pierda nunca de vista lo que es bueno y puro, que no se asuste a la vista del pecado, sino que encuentre el modo de volver a poner todo en orden.

Dios mío, concédeme el sentido del humor, la gracia de comprender las bromas para que saboree un poco la felicidad de la vida y sepa transmitirla a los demás.

Nuestra Singularidad

Un maestro sabio estaba hablándole a un grupo de estudiantes entusiastas.

Les dio la tarea de salir y encontrar una flor pequeña, inadvertida .Les pidió que estudiaran la flor por un tiempo prolongado.

Consigan una lupa y estudien las delicadas venas de sus hojas, y fíjense en los matices y tonos de color. Volteen las hojas lentamente y observen su s imetía . Recuerden que esta flor pudo haber pasado inadvertida y no ser apreciada, si ustedes no la hubieran encontrado y admirado.

Después de que el grupo regresó, el maestro comentó:

Las personas son así, cada una es diferente, cuidadosamente creadas, singularmente dotadas Pero hay que pasar tiempo con ellas para saberlo. Hay tantas personas que pasan inadvertidas y no son apreciadas porque nadie se ha tomado el tiempo para admirar su singularidad.

John Powell

miércoles, 12 de agosto de 2009

EL SILENCIO DE MARIA

EL SILENCIO DE MARIA

"Juan fue, seguramente el primero en experimentar aquello que nosotros llamamos la devoción a María:
amor filial, admiración, disponibilidad, fe ...Dios no puede ser objeto de intelección sino de fe. Esto quiere decir que a Dios no se le entiende, se le acoge. Y si se le acoge de rodillas, se le "entiende" mejor.

La fe es eso precisamente: peregrinar, subir, llorar, dudar, esperar, caer y levantarse, siempre caminar
como los seres errantes que no saben dónde dormirán hoy y qué comerán mañana. Como Abraham, como Israel, como Elías, como María.

Pero la peregrinación, normalmente, es desierto.

Eso mismo ocurre entre nosotros. Muchas almas tuvieron en otras épocas visitaciones gratuitas de Dios,
experimentaron vivamente su presencia, recibieron gracias infusas y gratuidades extraordinarias, y
aquellos momentos quedaron marcados como heridas rojas en sus almas. Fueron momentos embriagadores. Pasan los años. Dios calla. Estas almas son asaltadas por la dispersión y la tentación. La monotonía las invade. Se prolonga obstinadamente el silencio de Dios. Tienen que agarrarse, casi desesperadamente, al recuerdo de aquellas experiencias vivas para no sucumbir ahora. La grandeza de María no está en imaginarse que ella nunca fue asaltada por la confusión. Está en que cuando no
entiende algo, ella no reacciona angustiada, impaciente, irritada, ansiosa o asustada.

En lugar de eso, toma la actitud típica de los Pobres de Dios: llena de paz, paciencia y dulzura, toma las
palabras, se encierra en sí misma, y queda interiorizada, pensando: ¿Qué querrán decir estás palabras? ¿Cuál será la voluntad de Dios en todo esto? La Madre es como una de esa flores que cuando desaparece la claridad del sol se cierran sobre sí mismas: así ella se repliega en su interior y, llena
de paz, va identificándose con la voluntad desconcertante de Dios, aceptando el misterio de la
vida.
¿Qué se consigue con resistir los imposibles? En esos momentos nos corresponde actuar como María: cerrar la boca y quedar en paz.

Creer es confiar. Creer es permitir. Creer, sobre todo, es adherirse, entregarse. En una palabra creer
es amar. Creer es "caminar en la presencia de Dios" (Gén 17,1). La fe es, al mismo tiempo, un acto y una
actitud que agarra, envuelve y penetra todo cuanto es la persona humana: su confianza, su fidelidad, su
asentimiento intelectual y su adhesión emocional.

Comprometa la historia entera de una persona: con sus criterios, actitudes, conducta general e inspiración vital. A mi entender, las palabras más preciosas de la Escritura son estás: " He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según su palabra " (Lc 1,38)


Lo que sabemos, con absoluta certeza, es que la vida normal de esta muchacha de campo fue interrumpida, de forma sorprendente, por una visitación extraordinaria de su Señor Dios. Frente a la aparición y a estas inauditas proposiciones uno queda pensando cómo esta jovencita
no quedó trastornada, cómo no fue asaltada por el espanto y salió corriendo. Siguió llena de dulzura y serenidad. El hecho de ser inmaculada debió influir decisivamente, porque los desequilibrios son
generalmente resultado perturbador del pecado, es decir, el egoísmo.

Todos nosotros llevamos en nuestra constitución personal una franja de soledad en la que y por la que
unos somos diferentes de otros. Nadie -excepto Dios- puede compartir ese peso.

Y la pobre muchacha, solitariamente como adulta en la fe, salta por encima de todas las perplejidades y
preguntas y, llena de paz, humildad y dulzura, confía y se entrega. "¡Hágase!" Está bien Padre mío.
Sólo un profundo espíritu de abandono y una fe adulta nos librará del desconcierto y nos evitará ser
quebrantados por el silencio. Antes de ser Señora nuestra, fue Señora de sI misma."

lunes, 10 de agosto de 2009

Nacer de La Virgen María


Nacer de la Virgen María Una persona realmente cristiana no puede ni debe vivir más que de la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Esta vida divina debe ser el principio de todos sus pensamientos, de todas sus palabras y de todas sus acciones. Jesucristo fue concebido en el seno de la augusta María por obra del Espíritu Santo. Jesucristo nació del seno virginal de María. Concebido por obra del Espíritu Santo, nacido de María Virgen. El bautismo y la fe hacen que empiece en nosotros la vida de Jesucristo. Por eso, somos como concebidos por obra del Espíritu Santo. Pero debemos, como el Salvador, nacer de la Virgen María. Jesucristo quiso formarse a nuestra semejanza en el seno virginal de María. También nosotros debemos formarnos a semejanza de Jesucristo en el seno de María, conformar nuestra conducta con su conducta, nuestras inclinaciones con sus inclinaciones, nuestra vida con su vida. Todo lo que María lleva en su seno, o no puede ser más que Jesucristo mismo, o no puede vivir más que de la vida de Jesucristo. María, con un amor inimaginable, nos lleva siempre en sus castas entrañas como hijos pequeños, hasta tanto que, habiendo formado en nosotros los primeros rasgos de su hijo, nos dé a luz como a Él. María nos repite incesantemente estas hermosas palabras de san Pablo: Hijitos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo se forme en vosotros (Gál 4,19). Hijitos míos, que yo quisiera dar a luz cuando Jesucristo se haya formado perfectamente en vosotros.

jueves, 6 de agosto de 2009

El nombre de María.



1. Venturoso el mortal que, amante, guía
María los pasos al peregrinar
que el nombre de la Virgen es María
y estrella significa en turbio mar.
¡Oh tú que remas con trabajo y arte
contra el negro huracán que te persigue,
si del revuelto mar quieres salvarte
esa estrella contempla y su luz sigue!

2. María es nombre junto a Dios propicio;
luz que al mundo ilumina; hoguera lenta
que enciende la virtud, consume el vicio
y a todo el ser y espíritu calienta.
Ese nombre de amor que hasta en reflejos
presta a la oscura noche luz brillante,
que nunca sea de tu boca lejos,
que del corazón distante nunca esté.

3. Si te amenaza en la mundanal pelea
ya calumnia, ya rencor, busca esa guía,
si atribulada tu constancia ondea,
si te rinde el dolor llama a María.
María es la salud, la paz amiga.
María es la esperanza, el bien más caro;
en seguirla doquier nunca hay fatiga,
ni naufragios jamás bajo su amparo.

4. ¡Inmensurable bendición del hijo
que nos asume al vientre virginal
y nos concede la esperanza de un bien fijo
por el sendero de la piedad filial!
Que el nombre de la Virgen es María,
que estrella significa en turbio mar;
¡Venturoso el mortal que, amante, guía
María los pasos al peregrinar!

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