domingo, 30 de mayo de 2010

Sobre las apariciones Marianas: La Virgen de Zeitun - Egipto

Durante más de dos años, se ha aparecido nuestra Madre Santísima en Zeitun, un suburbio de El Cairo, Egipto, a partir del 2 de abril de 1968 hasta setiembre de 1970. Estas apariciones no han sido personales, sino para todos, ya que todos la podían ver sobre la cúpula exterior de una Iglesia copta, dedicada a la Virgen María. Se considera que la han visto unas 250.000 personas de distintas religiones y clases sociales, incluso ateos. En dos oportunidades, se apareció con San José y el niño. Otras veces, venía sólo con el niño Jesús y, muchas otras veces, venía sola, vestida de blanco como si fuera una religiosa.

Normalmente se aparecía de noche y, con frecuencia, se presentaba rodeada de unas palomas brillantes, que podrían ser ángeles, que volaban a su alrededor y, a veces, formaban una cruz sobre la multitud. Para ver mejor el fenómeno y descartar trucos o fenómenos de luces, en alguna ocasión, se quitó la luz eléctrica del lugar y pudo verse de la misma manera. Fueron en total unas trescientas apariciones. Su duración era desde un cuarto de hora a dos horas o más. El 8 de junio de 1968 estuvo con la gente desde las nueve de la noche hasta las cuatro de la mañana. No habló nunca, pero sonreía. A veces, parecía seria o con rostro normal. No estaba siempre en el mismo lugar se desplazaba por entre las otras cúpulas para que la gente la viera mejor desde otros lugares. En ocasiones, se inclinaba para saludar a la multitud o se arrodillaba ante la cruz y se santiguaba. Había veces que llevaba en la mano una rama de olivo, probablemente para significar el deseo de paz, otras veces llevaba una corona o aureola brillante sobre la cabeza.

Era un espectáculo impresionante, pues había noches que se reunían hasta cien mil personas a la vez. Allí la gente, católicos, coptos, ortodoxos y otros rezaban y cantaban canciones en árabe, griego... Según afirman todos, la Virgen era muy bella, como una jovencita de unos trece o catorce años.

María se manifestaba ante el mundo musulmán como si quisiera decirnos que ella es la Madre de todos los hombres, de todas las razas y religiones, pero queriendo atraerlos a todos a su Hijo Jesús, pues, en ese país mayoritariamente musulmán, Ella oraba ante la cruz de la cúpula y se arrodillaba ante ella y la besaba, como invitando a todos a aceptar a Jesús como Dios y Salvador y a amarlo de todo corazón.

En varias oportunidades, hubo milagros extraordinarios de enfermos que se curaron instantáneamente al invocar a María. También hubo conversiones al cristianismo. El patriarca católico de Egipto ha reconocido la autenticidad de estas apariciones.


Vistas de página la semana pasada