martes, 7 de diciembre de 2010

Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María

" Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.
Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."

María es madre nuestra, y esta gracia de la maternidad espiritual no obra por división o separación, como la maternidad natural, sino, muy al contrario, por absorción en la unidad. Desde el principio Dios la vio como madre, dotándola de todas las gracias precisas y, por ello, María ejerce ese privilegio con amor total de madre: tota mater. Toda Ella es madre, todo en Ella es amor de Madre. Para eso fue santificada y toda su belleza proviene de haber cumplido este designio de Dios: ser madre. Los otros estados no fueron mas que etapas intermedias para llegar a éste. Su virginidad se halla comprendida en su maternidad. María fue virgen sólo para ser madre. Fue para ello también preservada del pecado: Dios la hizo inmaculada para ser madre.

No nos dejen de visitar en:

Vistas de página la semana pasada