domingo, 14 de febrero de 2010

¿SI NOS RECHAZAN?


Por favor, no seas de esos
Si nos rechazan, ¿ dejaremos que el veneno de la amargura paralice nuestras profundidades? No, de ninguna manera...Descubriremos que en nosotros brota lo inesperado: la reconciliación se reconoce en nosotros por la paz y la alegría que suscita. Cuando muchos cristianos han perdido la alegría, la llamada a reconciliarnos nos interpela más que nunca ( Carta de Taizé, Viena, 1998 )
que  a la primera  de cambio, lo tiran todo por la borda del barco de su vida.
No, amigo/a. Tu barco está llamado a llegar a la tierra nueva y a los cielos nuevos cargado con el cargamento de tu alegría desbordante.
Conocerás a personas que cuando perciben que son criticadas por su forma de actuar- aunque sea excelente – se arremolinan dentro de sí mismos y no quieren  que nadie los vea.
Les hace falta más fe. Cristo, predicando su Evangelio, encontró muchos obstáculos. Sin embargo lo que predominaba en él era la confianza depositada en el Padre. Si se hubiera hundido ante las resistencias de los fariseos, ¿ nos habría dejado su vida como testimonio de la trascendencia y de quién es su Padre?
No. El tuvo la santa osadía de atreverse a superar toda dificultad conectado con los deseos del Padre celestial.
Nada lo paralizaba en su cotidiano trabajo. Tan sólo la guiaba la urgencia  de que su Evangelio y su palabra salvadora se conocieran en todos los confines de la tierra.
Sintió amargura ante la gente que no comprendía ni quería aceptar su mensaje. Era consciente de esta realidad. Y eso que era Dios- Hombre.
¿Te crees tú más que él?
Nunca te vengas abajo en la lucha por difundir lo mejor que hay dentro de ti mismo. Sería una cobardía por tu parte caer en la amargura que merma todas tus posibilidades de hacer el bien al que estás llamado. Tienes que reconciliarte contigo mismo y con todo el mundo.
  Recuerda:
1 )  No hay que  rechazar las recompensas oficiales; lo que  hay que hacer es no merecerlas ( Jean Cocteau, poeta, novelista, crítico y  cineasta francés)
2 )    La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis ( Honoré Balzac, novelista francés )
-          ¿ Te sientes rechazado?
-          ¿Has pensado alguna vez las razones?
-          ¿ Dejas de actuar y  caes en la amargura?

UN FIERTE ABRAZO EN JESUS Y MARÍA.
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miércoles, 13 de enero de 2010

jueves, 7 de enero de 2010

El Niño Perdido.


"El que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Mc 10, 15). Y yo, Señor ... ¿Por qué soy tan complicado? ¡Cuando todo es simple contigo!, sólo debo estar en silencio y escuchar Tú voz. El problema es que me siento importante, quiero hacer las cosas a mi manera por eso mi vida es así, solemne y aburrida.
Tal ves la falla no está en lo que hago, sino en cómo lo hago.



El niño corre, descubre asombrado mil cosas, trata de tomar lo que puede y si algo cae de sus manos, no se turba; sigue alegre su camino. No se angustia por exigencias que debe cumplir, porque tiene una familia y un hogar tibio donde cobijarse. Tú, Señor, eres más que todas las familias juntas... y tu presencia en la oración, hace que este sea el momento más pleno y seguro donde pueda reposar ... ¿Por qué entonces vivo asustado y pendiente de no equivocarme?.


¿Cómo encontrar al niño que hay en mí?. Al igual que Nicodemo, pienso que he vivido mucho y no puedo retroceder, pero Tú me conoces y permites divisar donde está la clave.


El niño perdido fue hallado en el Templo. ¡Hay un lugar! La oración personal es mi templo, debo acercarme en silencio, porque ahí, muy al fondo está lo esencial ... y al encontrarte Señor, "encuentro todo". En ese niño está la alegría, la espontaneidad, la capacidad de pararme y sonreír después de una caída.


Se que cada día debo enfrentar pequeñas muertes y que a veces no alcanzo a resucitar ... qué importa, a mi lado estás Tú, que eres la Resurrección y la Vida. Recuérdame esto Señor porque, a veces, me cuesta soltar los apegos y tengo miedo de fallar. Puedo caer muchas veces, pero Tú no me dejarás en el suelo. Tan sólo tengo que mirarte y aprender a escuchar esa voz distinta, única que hay en mi.


Así en pobreza y silencio podré entreabrir la puerta del Templo y encontrar a mi niño interior. Me lo habías dicho tantas veces Señor. Hoy, por fin, he abierto la puerta y el niño salió a correr. ¡Qué alegría!.

Digna Theoduloz V.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad. Tres árboles sueñan.



Érase una vez, en la cumbre de una montaña, tres pequeños árboles amigos que soñaban en grande sobre lo que el futuro deparaba para ellos.
 
El primer arbolito miró hacia las estrellas y dijo: "Yo quiero guardar tesoros. Quiero estar repleto de oro y ser llenado de piedras preciosas. Yo seré el baúl de tesoros mas hermoso del mundo".
El segundo arbolito observó un pequeño arroyo en sus camino hacia el mar y dijo: "Yo quiero viajar a través de mares inmensos y llevar a reyes poderosos sobre mi. Yo seré el barco mas importante del mundo". El tercer arbolito miró hacia el valle y vio a hombres agobiados de tantos infortunios, fruto de sus pecados y dijo: "Yo no quiero jamás dejar la cima de la montaña. Quiero crecer tan alto que cuando la gente del pueblo se detenga a mirarme, levantarán su mirada al cielo y pensaran en Dios. Yo seré el árbol mas alto del mundo".Los años pasaron. Llovió, brilló el sol y los pequeños árboles se convirtieron en majestuosos cedros. Un día, tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña. El primer leñador miró al primer árbol y dijo: "¡Qué árbol tan hermoso!", y con la arremetida de su brillante hacha el primer árbol cayó. "Ahora me deberán convertir en un baúl hermoso, voy a contener tesoros maravillosos", dijo el primer árbol.
Otro leñador miró al segundo árbol y dijo: "¡Este árbol es muy fuerte, es perfecto para mi!". Y con la arremetida de su brillante hacha, el segundo árbol cayó. "Ahora deberé navegar mares inmensos", pensó el segundo árbol, "Deberé ser el barco mas importante para los reyes mas poderosos de la tierra".

El tercer árbol sintió su corazón hundirse de pena cuando el último leñador se fijó en el. El árbol se paró derecho y alto, apuntando al cielo. Pero el leñador ni siquiera miró hacia arriba, y dijo: "¡Cualquier árbol me servirá para lo que busco!". Y con la arremetida de su brillante hacha, el tercer árbol cayó.


El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó al taller, pero pronto vino la tristeza. El carpintero lo convirtió en una mero pesebre para alimentar las bestias. Aquel árbol hermoso no fue cubierto con oro, ni contuvo piedras preciosas. Fue solo usado para poner el pasto.
El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevó cerca de un embarcadero. Pero no estaba junto al mar sino a un lago. No habían por allí reyes sino pobres pescadores. En lugar de convertirse en el gran barco de sus sueños, hicieron de el una simple barcaza de pesca, demasiado chica y débil para navegar en el océano. Allí quedó en el lago con los pobres pescadores que nada de importancia tienen para la historia..
Pasó el tiempo. Una noche, brilló sobre el primer árbol la luz de una estrella dorada. Una joven puso a su hijo recién nacido en aquel humilde pesebre. "Yo quisiera haberle construido una hermosa cuna", le dijo su esposo... La madre le apretó la mano y sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba al niño que apaciblemente dormía sobre la paja y la tosca madera del pesebre. "El pesebre es hermoso" dijo ella y, de repente, el primer árbol comprendió que contenía el tesoro mas grande del universo.

Pasaron los años y una tarde, un gentil maestro de un pueblo vecino subió con unos pocos seguidores a bordo de la vieja barca de pesca. El maestro, agotado, se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente sobre el lago. De repente, una impresionante y aterradora tormenta se abatió sobre ellos. El segundo árbol se llenó de temor pues las olas eran demasiado fuertes para la pobre barca en que se había convertido. A pesar de sus mejores esfuerzos, le faltaban las fuerzas para llevar a sus tripulantes seguros a la orilla. ¡Naufragaba!. ¡que gran pena, pues no servía ni para un lago!. Se sentía un verdadero fracaso. Así pensaba cuando el maestro, sereno, se levanta y, alzando su mano dio una orden: "calma". Al instante, la tormenta le obedece y da lugar a un remanso de paz. De repente el segundo árbol, convertido en la barca de Pedro, supo que llevaba a bordo al rey del cielo, tierra y mares.

El tercer árbol fue convertido en sendos leños y por muchos años fueron olvidados como escombros en un oscuro almacén militar. ¡Qué triste yacía en aquella penuria inutil, qué lejos le parecia su sueño de juventud! De repente un viernes en la mañana, unos hombres violentos tomaron bruscamente esos maderos. El tercer árbol se horrorizó al ser forzado sobre las espaldas de un inocente que había sido golpeado sin misericordia. 

Aquel pobre reo lo cargó, doloroso, por las calles ante la mirada de todos. Al fin llegaron a una loma fuera de la ciudad y allí le clavaron manos y pies. Quedo colgado sobre los maderos del tercer árbol y, sin quejarse, solo rezaba a su Padre mientras su sangre se derramaba sobre los maderos. el tercer árbol se sintió avergonzado, pues no solo se sentía un fracasado, se sentía además cómplice de aquél crimen ignominioso. Se sentía tan vil como aquellos blasfemos ante la víctima levantada. Pero el domingo en la mañana, cuando al brillar el sol, la tierra se estremeció bajo sus maderas, el tercer árbol comprendió que algo muy grande había ocurrido. De repente todo había cambiado.

Sus leños bañados en sangre ahora refulgían como el sol. ¡Se llenó de felicidad y supo que era el árbol mas valioso que había existido o existirá jamás pues aquel hombre era el rey de reyes y se valió de el para salvar al mundo! La cruz era trono de gloria para el rey victorioso. Cada vez que la gente piense en él recordarán que la vida tiene sentido, que son amados, que el amor triunfa sobre el mal. Por todo el mundo y por todos los tiempos millares de árboles lo imitarán, convirtiéndose en cruces que colgarán en el lugar mas digno de iglesias y hogares. Así todos pensarán en el amor de Dios y, de una manera misteriosa, llegó a hacerse su sueño realidad. El tercer árbol se convirtió en el mas alto del mundo, y al mirarlo todos pensarán Dios.

domingo, 20 de diciembre de 2009

EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD


EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD
 
En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados en cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.
Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre.

Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra. Terminando la historia, le dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído conmigo pues no habían servilletas de colores en la cuidad.
Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora Americana al irse de Rusia, fue usado para la frazada del bebé. Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.


Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda. Parecía ir todo bien hasta que llegue a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha. Lucía tener alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto. Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver no uno, pero dos bebés en el pesebre. Enseguida llame al traductor para que le preguntara al chico porque habían dos bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.

Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre. Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la historia diciendo, " y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le dije, "no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con El. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé que podría darle de regalo. Pensé que si lo pudiera mantenerle caliente, eso fuera un buen regalo.


Le pregunté a Jesús, " Si te mantengo caliente, sería eso un buen regalo?"Y Jesús me dijo, "Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado".Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con El… para siempre."Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes. Poniendo su mano sobre su cara bajo su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba.El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo abandonaría o lo abusara, alguien quien se mantendría con el…PARA SIEMPRE.

Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, si no, a quien uno tiene en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús de veras le invitó a estar junto a El PARA SIEMPRE. Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño.

jueves, 17 de diciembre de 2009

ORACIONES PARA TODO MOMENTO. PARTE II.

Más o menos como una planta necesita del agua y de abono para crecer y desarrollarse, el camino divino colocado en nuestra alma ; al momento del bautismo no puede crecer y desarrollarse hasta alcanzar su madurez propia y única ( o sea la plenitud de la « época de Cristo » que corresponde a cada uno de nosotros), sin el pan de los sacramentos y del agua de la oración ! Así sea el que sea nuestro estado de vida (laico o consagrado) y nuestras ocupaciones persona...Si deseas leer el artícluo completo por favor ingresa a esta dirección:


http://actualidadcatolica.site88.net/oraciones2.html

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