martes, 29 de mayo de 2012
PARA OBTENER UNA GRACIA ESPECIAL
PARA OBTENER UNA GRACIA ESPECIAL
¡OH María, consuelo de cuantos os invocan!. Escuchad benigna la confiada oración que en mi necesidad elevo al trono de vuestra misericordia. ¿A quién podré recurrir mejor que a Vos, Virgen bendita, que sólo respiráis dignidad y clemencia, que dueña de todos los bienes de Dios, sólo pensáis en difundirlos en torno vuestro? Sed pues mi amparo, mi esperanza en esta ocasión; y ya que devotamente pende de mi cuello la Medalla Milagrosa, prenda inestimable de vuestro amor, concededme, Madre Inmaculada, concededme la gracia que con tanta insistencia os pido.
Para más oraciones en honor a Nstra Sra de La Medalla Milagrosa puedes acceder a:
http://vmilagrosa.web44.net/oracionesdiversas.html
Gracias.
lunes, 28 de mayo de 2012
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN
Señor Jesús, que me conozca a mi
y que te conozca a Ti,
Que no desee otra cosa sino a Ti.
Que me odie a mí y te ame a Ti.
Y que todo lo haga siempre por Ti.
Que me humille y que te exalte a Ti.
Que no piense nada más que en Ti.
Que me mortifique, para vivir en Ti.
Y que acepte todo como venido de Ti.
Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti.
Que siempre escoja seguirte a Ti.
Que huya de mí y me refugie en Ti.
Y que merezca ser protegido por Ti.
Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti.
Que sea contado entre los elegidos por Ti.
Que desconfíe de mí
y ponga toda mi confianza en Ti.
Y que obedezca a otros por amor a Ti.
Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti.
Que quiera ser pobre por amor a Ti.
Mírame, para que sólo te ame a Ti.
Llámame, para que sólo te busque a Ti.
Y concédeme la gracia
de gozar para siempre de Ti. Amén.
ORACIÓN DE SANACIÓN INTERIOR
ORACIÓN DE SANACIÓN INTERIOR
Señor Jesús, Tú has venido a curar
los corazones heridos y atribulados,
te ruego que cures los traumas que provocan
turbaciones en mi corazón;
te ruego, en especial que cures
aquellos que son causa de pecado.
Te pido que entres en mi vida,
que me cures de los traumas psíquicos
que me han afectado en tierna edad
y de aquellas heridas que me los han provocado
a lo largo de toda la vida.
Señor Jesús, Tú conoces mis problemas,
los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.
Te ruego, en virtud de aquella gran llaga
abierta en Tu Corazón,
que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos,
a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor, en la angustia,
en la preocupación.
Cura, Señor,
Todas esas heridas que, en mi vida,
han sido causa de raíces de pecado.
Quiero perdonar
a todas las personas que me han ofendido,
mira esas heridas interiores
que me hacen incapaz de perdonar.
Tú que has venido a curar los corazones afligidos,
cura mi corazón.
Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimas
que son causa de enfermedades físicas.
Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame
los sentimientos de Tu Corazón Divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor,
la curación del dolor que me oprime
por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría
por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.
Hazme testigo autentico
de Tu Resurrección,
de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,
de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.
Amén.
jueves, 24 de mayo de 2012
¿Tienes un crucifijo?
¿Cómo te comportas con él?
¿Cómo te comportas con él?
Nunca lo dejes.
Nada hay más importante que la Eucaristía ....
No se puede estar siempre a los pies de la cruz o en misa.
Pero siempre se puede llevar consigo la imagen del Señor, y esta imagen te dirá muchas cosas.
Si en la mañana al levantarte, besas tu crucifijo con amor y prometes a Nuestro Señor Jesucristo llevar su cruz durante el día.
Si en tu oración tienes la cruz entre tus manos ...
Si para fortalecer tu fe pones a menudo la mano sobre tu crucifijo.
Si recurres a Él en los momentos de angustia, de pena, de lucha, de tentación.
Si en el momento de salir a servir a tus hermanos haces una oración frente a Él, recordando que es siempre a Jesucristo a quién vas a servir en la persona de los pobres y de los más pequeños.
Si en el momento de hacer penitencia, besas la Cruz que es la fuente de la Vida de la Iglesia ...
Si al atardecer, le das cuenta de tu jornada, de tu orgullo delante de su abatimiento, de tus vanidades frente a sus humillaciones, de tu cobardía delante de sus angustias, de tu pereza frente al sudor de sangre que cubre su cuerpo divino, de tu egoísmo frente a su amor infinito, de tu impaciencia, de tus despechos, de tu falta de caridad frente a la larga espera de su Corazón Amante.
Si logras comportarte así con el crucifijo, me parece difícil que Él no llegue a ser para ti un amigo, un confidente.
Jesús el Señor, te amará, te instruirá, te fortificará a través de su imagen y, en un diálogo más continuado a tu Dios por este intermediario mudo sentirás la transformación de tu vida. No serán solamente la madera, el metal o el yeso que reproducirán para ti los rasgos del Salvador, ello se grabarán de modo muy vivo en tu vida. Sentirás la acción más inmediata de Aquel que por ti fue clavado en la cruz.
Querrás transformarte en Él y decir, como San Pablo:
"Él vivir, para mí, es Jesucristo".
Y tu vida, tomando un nuevo carácter, te descubrirá nuevos horizontes en la ciencia cristiana, si te dejas llevar por el amor.
Toda la vida, toda la ciencia, toda la felicidad, se resumirán para ti en estas dos palabras: "Jesucristo crucificado".
Te confieso, con toda sencillez, que el mejor momento para mí es sobre todo en la noche, antes de dormirme. No se necesita mucho esfuerzo para ponerse a pensar en este Buen Maestro, cuya imagen se tiene en las manos. Se le pide perdón por las tonterías y, de repente, uno se asombra de este perdón que cae de lo alto de la Cruz; se piensa en el mal que el pecado le ha causado, en el tiempo que hemos perdido, en las gracias que se han recibido.
Se le agradece por sus bendiciones. Se le hacen promesas. Se avergüenza uno al estar en buena cama, cuando Él murió en el suplicio (y muchos hombres siguen muriendo en las torturas y la extrema pobreza). Uno se anima a amarlo y repara el tiempo perdido. Se adora a Dios Padre presentándole a su Hijo. Se invoca al Espíritu Santo que Él nos envió. Se ruega por la Iglesia que nació en el Calvario. Se avergüenza uno de ser tan mal cristiano. Pero enseguida se adquiere el valor con la seguridad del amor y el poder de Dios ... y, si no llega el sueño, el tiempo se hace corto ...
He aquí algunas ideas que, según mi deseo, te conducirán a una unión más íntima con tu Crucifijo. Él te hará presente a Jesucristo en el espíritu y en el corazón.
¿Qué más puedes pedir?
Ruega a la Virgen Santa que te enseñe a amar a su hijo
Jesús.
Que la Cruz sea tu bien, tu esperanza, tu vida, tu recompensa.
Que la Cruz sea tu bien, tu esperanza, tu vida, tu recompensa.
Padre Manuel d'Alzon.
Carta del 21 de Junio de 1857.
Carta del 21 de Junio de 1857.
NUESTRO SITIO WEB DEDICADO A NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA: http://vmilagrosa.web44.net/1.htm
miércoles, 23 de mayo de 2012
SOY TODO TUYO MARIA
SOY TODO TUYO MARIA
Virgen María, Madre
mía
me consagro a ti y confío en tus manos
toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
te confío cuanto tengo y cuanto soy,
todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos
para que le sea más fiel al Señor
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María! mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puros
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma
para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad
igual a la tuya:
Hazme conforme a Cristo,
ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseos de amar,
enséñame y ayúdame a amar
como Tú has amado y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mis incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,
y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta
dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
ahora y siempre.
¡AMEN!
me consagro a ti y confío en tus manos
toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
te confío cuanto tengo y cuanto soy,
todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos
para que le sea más fiel al Señor
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María! mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puros
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma
para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad
igual a la tuya:
Hazme conforme a Cristo,
ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseos de amar,
enséñame y ayúdame a amar
como Tú has amado y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mis incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,
y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta
dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
ahora y siempre.
¡AMEN!
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